La obra de Jesús Hernández Verano nos sitúa en un territorio de resonancias profundas, donde la escultura, la instalación y el dibujo se entrelazan como lenguajes materiales de lo invisible. Horadar la sombra no propone una respuesta, sino una abertura: una grieta desde la cual mirar lo que permanece oculto.

Esta exposición habita un espacio liminar: común e imprevisible, permeable y sostenido. Un lugar donde la práctica artística no se presenta como objeto, sino como forma de estar en el mundo, como disposición sensible ante lo que duele, lo que falta, lo que se transforma.

Las piezas aquí reunidas configuran un mapa sutil de vínculos entre cuerpo, memoria, deseo y ausencia. A través de materiales heterogéneos —duros, frágiles, porosos—, el artista convoca una fisicalidad que no se impone, sino que resiste. Cada obra es un fragmento táctil de una emoción inasible, un eco de lo que no se dice pero se presiente. Hay en ellas un síntoma, una perturbación mínima que invita a excavar, como si se tratara de un espesor mental, un ruido leve que desencaja la superficie.

La piel, el vacío, el hueco y el corte son conceptos que atraviesan este cuerpo de trabajo. No como metáforas literarias, sino como operaciones concretas, como modos de inscripción del tiempo y del lenguaje sobre la materia. Lo que se horada no es solo la sombra como imagen: es la experiencia misma de lo indecible, de aquello que, al no poder ser nombrado, se vuelve forma.

En Horadar la sombra, la mirada del espectador ha de demorarse. No para encontrar una narrativa lineal, sino para habitar un ritmo, una atmósfera, una forma de atención distinta. Como en los “textos de placer” de Barthes, lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo se insinúa, lo que se sugiere desde el margen. Una invitación a leer desde lo sensorial, desde el roce, desde el silencio.

JESÚS HERNÁNDEZ VERANO (Tenerife, 1970)

Tras un inicio en la Facultad de Madrid, es licenciado en BB.AA por la Facultad de Cuenca. Su trabajo está fundamentado en la escultura, el dibujo y la instalación,  en el que confluyen diversos intereses personales como programa resuelto en diferentes medios. Una búsqueda, que también es una forma de resistencia, y en la que entiende la práctica artística como una práctica relacional, desde tal entendimiento, modela, ensaya y descubre modos de dar testimonio. Hay un síntoma, algo a descifrar que se manifiesta como una perturbación, para excavar en el espesor inerme de una materia mental. El tipo de emotividad que emiten sus trabajos  descubre vínculos entre lenguaje,  deseo, cuerpo y ausencia.

Desde su primera exposición individual en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, hasta su más reciente, en abril pasado,  en TEA, Espacio de las Artes en Tenerife, Canarias, lleva más de veinticinco años trabajando y exponiendo obra en luegares como Valencia con Luís Adelantado, Berlín, París, de la mano del programa de Circuitos de la Comunidad de Madrid o Nueva York con Miriam Gallery. Adicionalmente ha participado en ferias como ARCO Madrid, Artissima en Turín y en FIAC. Sus piezas no solo invitan a la contemplación, sino que asumen como parte corpórea, el abrir espacios para la introspección. Su trabajo forma parte de colecciones públicas  como el INJUVE el  Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, el  Ministerio de Educación y Cultura. Madrid, el  Centro de Fotografía Isla de Tenerife. Cabildo Insular de Tenerife o el TEA Espacio de las Artes. Cabildo Insular de Tenerife, en la Colección Antonio P. Martín. Gran Canaria, y diversas colecciones privadas internacionales.