Artista: Julio Linares
Fechas: 11 de Febrero de 2023 a 30 de Marzo de 2023
Texto: Lara Brown y María Cecilia Güelfi

EL CABALLO ESTABA BEBIENDO, LA LIEBRE ESTABA TRANQUILA. ARTISTA EN RESIDENCIA III. Villa Bergerie, Huesca, (España)

Mientras el caballo bebía y la liebre estaba tranquila, en estas llanuras de alrededor, en
estos bosques lejanos y más allá de las montañas,
en estas playas quietas de este mundo deshabitado,
o de este mundo habitado silenciosamente,
todo esto sucedía.

Como ánimas se revelaban
y aparecían entonces todos los colores que ya estaban allí:

Mira ese brillo cómo parece que viaja entre un vaivén.

Mira esa hierba bonita tan fina que asoma de la flor como si quisiera decir ¡hola!
o quisiera saludar con elegancia.

Mira ese momento que insinúa que el cielo está abajo y el suelo está arriba,
que te desplaza de tu centro y te voltea.

Y esa lengüita que sorbe lo que parece un brebaje que marea.

Y ese momento
en el que un destello se dispara desde el cuerpo,
hipnotiza todo lo que hay a tu alrededor y te hace desaparecer.

Mira este olor que parece que no se fuera a ir nunca,
que es dulce y nos balancea.

O ese sonido que es como si alguien cantase atrapada en el canto donde ha elegido
quedarse para siempre.

No he visto a ningún ser que quiera detenerse a conversar conmigo. Las criaturas que
encuentro en mi camino se comportan diferente al advertir mi presencia.

¿Por qué dices eso?

Porque a veces, cuando consigo durante algunos segundos desaparecer o disolverme,
puedo verlos estar ahí sin más.
Pero en el instante en el que el correr del tiempo vuelve a ponerse en marcha, todo cambia
de repente y la quietud se hace imposible.

Sin embargo te asomaste al agua y observaste tu reflejo durante mucho tiempo porque el
agua estaba quieta.

Es que sentí que quien flotaba y yo no éramos la misma exactamente. Y cuando quise
interrogar sobre esto a mi reflejo el agua se agitó y mi cara se volvió irreconocible.

Mira esos mares como vidrio, que parecen sólidos e impenetrables. Todavía están
habitados.

Mira esos lagos de superficie inmóvil. Si te acercas a escuchar oirás lo que se agita por
debajo. Verás una tempestad inmensa en una escala diminuta.

Mira cómo todo se mueve, mientras tú te mueves entre todo.

Cómo brota un universo de ese manantial cada mañana.

Mira cómo lo que brota nos rodea y nos acoge y nos invita a guarecernos para siempre.

Mira cómo lo asombroso está presente entre nosotros,
sólo hay que acertar a colocarse en el instante y el lugar desde el que miras.