'Cómo explicarle un chiste a un caballo', Iñigo Navarro
Artista: Iñigo Navarro
Fechas: 27 de enero de 2024 a 09 de marzo de 2024
“En 1997 los ciento veinte caballos de un golf GTI negro y descapotable eran un distintivo de clase. Coloquialmente se le llamaba la tumba de los pijos debido al coctel de reprís, precio elevado y siniestralidad. En aquella época todos pensábamos que era la puerta al Valhala.
El caballo de fuerza es una unidad creada a finales del siglo XVIII por el ingeniero escocés James Watt. Propuso esta unidad para expresar la potencia que podía desarrollar la máquina de vapor con respecto a la de los caballos. Tras varios experimentos estimó que un caballo podía levantar ciento veinte kilos a treinta metros en un minuto. Esto lo hizo a través de un ingenioso mecanismo de poleas en uno de los muelles del puerto de Dublín.
Al borde de donde Madrid se disuelve en una cosa llamada periferia, hay un solar repleto de sol donde aún se conserva un suelo de conglomerado cercado de hierbas y latas de cerveza. Ese fue el lugar donde, en una primavera preciosa del año 97, se produjo la levitación espontanea de una niña por la gracia de Dios, ejerciendo una tracción equivalente a medio caballo de potencia. Dios la escogió a ella porque estaba llena de karma del bueno y se había hecho a sí misma a pesar de una familia disfuncional. Bienaventurados los hijos de los politoxicómanos porque algún día se sentarán en el palco del Bernabéu.
Cuando la niña, rezumando un olor a rosas parecido al de los ambientadores de Zara Home, retomó la calma y pudo dar un sentido a lo que le acababa de suceder se topó con el drama fenomenológico.
Un caballo como único testigo debía dar fe de que aquello realmente ocurrió. Desgraciadamente, entre las grandes virtudes de los caballos no se encuentra la capacidad de abstracción dando por sentado que, cuando la niña fue levantada por Dios a razón de medio caballo de potencia divina, lo ocurrido formaba parte de la ley natural, sin milagro alguno.
Es aquí, y de este modo, y con el fin de que alguien creyera lo que había sucedido, que era imperativamente necesario explicarle antes el chiste al caballo y luego que hablara.
Dicho de otra manera, un milagro dentro de un milagro, dentro de un milagro.”
– Iñigo Navarro, Madrid, enero 2024 –
El arte de Iñigo Navarro (Madrid-España, 1977) es una reflexión sobre la experiencia y la memoria, que se plasma en cada una de sus creaciones. Como artista figurativo, Navarro busca capturar la esencia de lo real, lo tangible, pero también lo intangible, lo que se siente y se vive en cada momento.
Navarro parte de lo performático, lo que implica que su obra se genera a través de la acción, de la intervención directa del artista en el proceso creativo. De esta manera, su obra es una huella de su experiencia, de su presencia en el mundo. Esta huella se manifiesta en cada pincelada, en cada trazo, en cada textura de sus obras.
El elemento filosófico también está presente en su trabajo, ya que Navarro busca indagar en la naturaleza de la experiencia, en la relación entre el ser humano y el mundo que lo rodea. En este sentido, su arte se convierte en una herramienta para explorar los límites del conocimiento, la verdad y la percepción.
Las influencias de Navarro son diversas y amplias, y van desde la literatura de autores como Fante, Gonzo, Bukowski, Kerouac, Ginsberg y Delillo, hasta el cine de Tarkovsky y la pintura de Velázquez y Rivera. Estas influencias se ven reflejadas en su obra de diferentes maneras, ya sea en la temática, en la técnica o en el estilo.
El proceso creativo es otro de los elementos fundamentales en la obra de Navarro. Como artista, muestra un interés claro por el camino, por el proceso de creación, que se convierte en una experiencia en sí misma. En este sentido, su arte es un proceso de descubrimiento, de exploración y de experimentación, que se materializa en cada obra.
Así y aunque al comienzo de su carrera se interesó por técnicas como el video y la fotografía, alcanzó un punto en el que se dio cuenta de la necesidad de formalizar el sentimiento durante el proceso en pinturas, en palabras de Navarro “el medio definitivo”. En este sentido, su obra se enlaza con la tradición pictórica española del Siglo de Oro, que se caracterizó por la representación de la realidad, pero no se limita a ella
Finalmente, el arte de Navarro busca escapar de lo conceptual, de las ideas preconcebidas y los estereotipos, y explorar un nuevo territorio entre lo conceptual y lo formal, entre lo lúdico y lo pesimista. Su obra es una búsqueda constante de la tensión entre estos elementos, lo que la convierte en una experiencia única e impactante para el espectador. En definitiva, la obra de Iñigo Navarro es una invitación a explorar la experiencia humana desde una perspectiva artística y filosófica, a través de la figura y la imagen.